lunes, 29 de septiembre de 2014

8ª CRÓNICA DEL RETO 

Nuestro héroe ya empieza ver la luz a final del túnel!!! 
Aunque no sin dificultades, Carles está un poco más animado que ayer, me reitera una y otra ver que ha sobrepasado sus límites y que sus baterías están bajo mínimos. Cada mañana se levanta pensando que sus piernas se van a revela y a decir basta y que no van a poder seguir....Pero personalmente estoy muy orgullosa de él porque sabe cómo lidiar con todos esos pensamientos y sensaciones físicas tan desequilibrante y negativas. Sabe utilizar la introspección y buscar soluciones en consejos, conversaciones, situaciones que ha vivido, y que hemos hablado alguna vez, para salir del agujero y tirar para adelante. Y sólo por eso, Carles ya es un ganador en este reto.
Esta noche no ha sido muy buena, ya que ha ido despertándose varias veces, y al amanecer me contaba que levantarse le ha costado mucho.
Para él, una vez más en la etapa de hoy, la compañía de los compañeros que le han acompañado durante 14 Km ha sido crucial para el mantenimiento de su ritmo y para su mantenimiento en el reto ya que a estas alturas, la idea de “no poder más” le asalta cada vez más frecuentemente.
Gracias a esta compañía y a la de los chicos que le van a grabar un vídeo esta tarde, es que Carles puede sobrellevar estos duros momentos, los más duros físicamente de todo el reto.
La etapa de mañana por fin es la última, y la más corta: constará de 25 km, así que la etapa de hoy de Carles es la más importante para él ya que mentalmente es el muro más grande que tiene que atravesar. De ahí la importancia de que pueda compartir kilómetros con gente que le acompaña porque como me comenta constantemente eso le produce que la etapa se le haga mucho más corta en tiempo y también en distancia, ya que cuando va acompañado dice, aumenta su rendimiento.
Es curioso como en el running en grupo podemos ver esa faceta tan humana que es la relación con los demás, como vemos que el hombre es social por naturaleza y como la individualidad, la soledad, puede a veces no ser una ventaja (que en otras sí) sino nuestro peor enemigo. Pienso que correr sólo nos sirve muchas veces para contactar con nosotros mismos y hacer un trabajo importante de introspección, pero hasta llegar a un umbral determinado (que es diferente para cada uno de nosotros). Una vez cruzado ese umbral, la persona, necesita del grupo, la relación, compartir. Ya que nada existe realmente hasta que podemos compartirlo en el grupo y nada es tan bonito como compartir una experiencia con los demás. De esto sabe mucho Carles, y creo que este reto culmina con esta idea: Carles ha sabido compartir una experiencia personal de superación, con los demás, haciéndola especial e integrando a toda esa gente por la que corre y haciendo que trascienda de la individualidad.

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