jueves, 4 de febrero de 2016

¿Que mueve a un ultra atleta de larga distancia? Carles Aguilar - parte2

Segunda parte e interesantes conclusiones a tener en cuenta cuando nos preparamos para afrontar un reto o una distancia que no es la habitual en nuestra experiencia previa.
Carles Aguilar nos explica y aconseja sobre su logro en la Banyoles Legend Xtrem

Cuando estás inmerso en un reto de estas características, piensas si la preparación ¿ha sido la adecuada? ¿Tienes momentos de dudas al respecto?
Para preparar un reto de características similares al que estamos comentando creo que es muy difícil realizar un tipo de entrenamiento específico para ser capaz de estar corriendo por ejemplo 15, 20 horas e incluso más.
Los atletas que hemos efectuado experiencias similares sabemos que los entrenos, a pesar de las altas exigencias físicas y mentales, deben ser controlados y nunca excedernos en cuanto a los límites digamos “razonables”. El cuerpo debe ser capaz de asimilar el esfuerzo y recuperar energías para afrontar las nuevas sesiones. Los entrenos nunca deben ser llevados al límite ya que ello es absolutamente contraproducente en las largas distancias y nuestro organismo no es, en ningún caso, una máquina infalible.
Pero cuando un día en concreto durante el entreno experimentamos sensaciones negativas y el cuerpo no responde, todo ello puede traducirse en una auténtica debacle física y mental  y uno puede llegar a sentirse totalmente impotente ante la perspectiva de que esa situación se reproduzca durante el desarrollo de la prueba lo que supondría un auténtico desastre. Las dudas aparecen en muchas ocasiones durante la fase de entreno y hay que prepararse también para saber afrontarlas y sacar conclusiones en positivo siempre que ello sea posible y en caso contrario utilizar el sentido común.

Entendemos que  hay umbrales de dolor, molestias etc que se van produciendo durante una ultra, ¿cómo logras vencer ese momento?  que seguramente te acompañará hasta los metros finales.
En una prueba de ultra distancia es inevitable que aparezcan momentos realmente duros, en los que el dolor muscular va creciendo de forma exponencial, hasta el punto en que a veces uno no tiene uno más remedio que llegar a detenerse varias veces para intentar recuperar algo de energía. En una prueba de larga distancia siempre ocurren momentos en los que nuestro organismo parece que ha llegado a su máxima capacidad de resistencia y se manifiesta una necesidad imperiosa de detenerse y abandonar la aventura. El dolor existe, es muy intenso y cada vez más presente pero la única alternativa de la que disponemos es seguir avanzando si no queremos abandonar definitivamente nuestro objetivo. Es entonces cuando hemos de utilizar toda nuestra fuerza mental para construir una salida hacia delante creando pequeños objetivos parciales que debemos ir alcanzado paulatinamente y visualizar todo aquello que nos ha impulsado a tomar nuestra decisión de conseguir el reto.

Una vez finalizada la prueba algunos atletas piensan que nunca más repetirán una cosa así, pero a los pocos días ya vuelven a pensar en lo realizado y poco a poco se van animando a por más ¿esta “dependencia” te ha sucedido? ¿La experimentaste alguna vez? Qué sientes en esos momentos que recuerdas con placer lo conseguido.
Después de horas y horas de esfuerzo continuado desarrollando la prueba lo habitual es que al concluir uno se sienta totalmente vacío, absolutamente destrozado por el esfuerzo y ese estado no es tan sólo físico sino también mental. En esos momentos, lo que el organismo necesita es auto protegerse de semejante castigo y ello implica que uno se plantee no volver a intentarlo nunca más porque todo esa experiencia tan intensa está todavía a flor de piel y es algo que sigue doliendo a pesar de la satisfacción interior por haber conseguido el reto previsto.

Después de algunos días esa sensación se va normalizando y poco a poco las neuronas recuperan su equilibrio y uno empieza a ser consciente de que todo el esfuerzo ha valido realmente la pena a pesar de que físicamente la recuperación siempre es mucho más lenta y requiere de un proceso de máxima atención.


Y seguramente Carles nos volverá a sorprender pronto con otro gran reto. 

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