El pie es la parte que más sufre en el running y es la base
que reparte y transforma la energía motora y de fuerza del suelo hacia el
cuerpo (músculos y articulaciones),
diríamos que es el actor más importante de nuestro cuerpo en este
sentido, por lo tanto debemos empezar a cuidarnos por ahí.
Los aspectos a tener
en cuenta son: la hidratación, hidratar
quiere decir reestablecer el nivel de
humedad adecuado, ya que por los pies, al
igual que por otras partes del cuerpo, en el proceso de sudoración se pierde
agua. Se hace mediante la aplicación de cremas exfoliantes e hidratantes. La
aplicación de la crema hidratante debería hacerse cada 12h (mañana y noche),
mientras que la exfoliación completa del pie, una vez al mes es suficiente.
Para los pies, hay cremas específicas, las más eficaces son las que llevan
aproximadamente un 10%-20% de urea. Una correcta hidratación de la piel, le
proporciona a ésta la elasticidad y la salud necesarias para evitar roces,
grietas, heridas y ampollas.
El uso de calcetines de algodón para prevenir ampollas, eliminar las
callosidades adecuadamente por un profesional para mejorar el comportamiento de
la piel, ante los impactos. Los callos son
frecuentes por el roce continuo
del calzado o del calcetín. Pero también hay otro
causante muy habitual, sobre todo en los deportistas y es el derivado por una mala mecánica de la pisada.
Otro apartado más específico pero que aquí sólo trataremos
nombrándolas son las lesiones más
habituales a causa de una mala pisada y que un buen diagnóstico biomecánico y
una consecuente actuación puede evitar-paliar:
- FASCITIS PLANTAR
-ROTURA FIBRILAR
-TENDINITIS ROTULIANA
-CONDROMALACIA ROTULIANA
-SOBREGARGA PIRAMIDAL
-PERIOSTITIS TIBIAL
-ESGUINCE TOBILLO
-CONTRACTURAS MUSCULARES
-TENDINITIS AQUILES
-DOLOR ARTICULAR-ARTROSIS
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