martes, 29 de marzo de 2016

El Burnout o “estoy quemado”

Analizaremos un problema de índole psicológico que afecta a los deportistas, tanto a nivel profesional como aficionado y que puede derivar en consecuencias poco deseables como el abandono de la práctica deportiva.
Este tecnicismo lo podemos definir como la sensación  de "sentirse quemado" que puede abarcar a diferentes áreas de nuestra vida, aunque las más frecuentes son la laboral, la académica y la deportiva.
En el deporte, podemos identificar que nos está afectando este síndrome cuando, nos sentimos con un agotamiento físico, emocional y mental anormal.

Esto se traduce en:
1-  pérdida progresiva de motivación, energía y entusiasmo por esa actividad que antes nos satisfacía y nos llenaba.
2- aparición de estados de fatiga (que no tienen que ver con los entrenamientos), ya que son más generalizados y no coinciden con el momento de entrenar exclusivamente, por lo tanto no los podemos achacar a un entrenamiento más duro o intensivo.
3- actitud pasiva hacia la actividad, la desmotivación nos lleva a la realización de la actividad por simple rutina, nos acoge un sentimiento de que lo hacemos por "obligación" y perdemos el objetivo de vista y el sentimiento de "decisión propia".
4- irritabilidad, aparece cuando tenemos un malestar emocional, que no podemos identificar.
5 - falta de confianza, derivada de la desmotivación, la fatiga y el bajo rendimiento consecuente de todo lo anterior.

Causas:
Cuando la persona está implicada en situaciones que le afectan emocionalmente durante largos períodos de tiempo. Es decir, cuando se repiten o se mantienen en el tiempo situaciones de presión emocional.
Cómo afrontarlo:
Tratar de reconocer qué factores externos están influyendo en la práctica deportiva, es decir, por ejemplo, si estamos viviendo conflictos profesionales, familiares, etc de los que no podemos evadirnos en el momento de entrenar. Hay que tener en cuenta que para muchos el deporte hace una función reparadora del estrés diario de desconexión, de evasión..., cuando pierde esa función y los problemas invaden nuestra área de relax, todo ese malestar lo inunda todo. Saber identificarlos, nos ayudará a empezar a trabajar en ellos e  intentar ponerlos en su lugar. Es muy importante aprender a preocuparse de cada tema en su debido lugar y tiempo, de esta forma organizamos nuestros pensamientos y emociones y es más fácil manejar el malestar. Cuando tenemos identificados todos estos factores, buscar las causas y las posibles soluciones. El primer paso en la resolución de un conflicto es decidir si necesitaremos ayuda para ello y si la respuesta es positiva, buscar esa ayuda en quién consideremos oportuno para ello (pareja, familia, amistades, entrenadores, profesionales sanitarios, etc.)

Evitar el sobreentrenamiento y la sobreexigencia: con una buena planificación de objetivos a corto y largo plazo en función de las competiciones o las metas propias.
En relación con esto, establecer que los objetivos sean realistas, ya que  unos resultados que no cumplan las expectativas que nos hemos planteado, llevaran a la frustración y a situaciones de malestar que pueden desencadenar en burnout.

Es importante, como en general en cualquier ámbito de nuestras vidas, intentar hacer las cosas en su justa medida, ya que cuando un área en concreto invade a las demás o impide que las demás se desarrollen con normalidad, estaremos delante de un conflicto que nos puede llevar a gran variedad de dificultades en diferentes niveles.

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